viernes, 5 de marzo de 2010

foto equivocada Juan Ramón Laínez


No sé por qué en la siguiente página http://www.123people.es/s/ramon+lainez aparece esta foto cuando buscamos Juan Ramón Laínez. La foto es de un reconocido escritor hondureño, no del pintor Laínez. Por favor corregir.


RESPUESTA A SONSOLES.
LO SÉ. ES UN NOMBRE COMÚN. PERO SI N ME EQUIVOCO LA FOTO CORRESPONDE A UN ESCRITOR MUYY AMIGO DE J.R.

El mundo mántico de Juan Ramón Laínez. Cuadernos de arte 3. 1986

Publicado en 1986, Secretaría de Cultura y Turismo, Departamentos del Libro y Publicaciones ([Tegucigalpa, Honduras?])

El mundo mántico de Juan Ramón Laínez.
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Contribuciones: Laínez, Juan Ramón.
Serie: Cuadernos de arte ;, 3
Idioma:
Spanish
Paginación: [58] p. :
LCCN:
88883374
LC: MLCS 88/09200 (N)
SIGUE EL LINK http://openlibrary.org/b/OL2158244M/mundo_mántico_de_Juan_Ramón_Laínez.

El hondureño, hombre mítico / Pompeyo del Valle ; [ilus., Juan Ramón Laínez].

LAINEZ TAMBIÉN ES ILUSTRADOR DE LIBROS DE ARTISTAS HONDUREÑOS. EN ESTE BLOG PODRAS VER VARIOS

Author/Creator: Valle, Pompeyo del.
Published: Tegucigalpa : Departamento de Producción Intelectual, Secretaría de Cultura, Turismo e Información, 1977.
Format: Book
Physical Desc.: 163 p. : ill. ; 20 cm.
Language: Spanish
Edition: 1. ed.
Bibliography: Includes bibliographical references and index.
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Un siglo de pintura hondureña ve la luz en pinacoteca estatal. Por Luis Alfredo Martínez Tegucigalpa, 1 feb (ACAN-EFE)

1/2/2008 - 14:23(GMT)
La evolución de la pintura hondureña desde los comienzos del siglo XX hasta la década actual acaba de ver la luz en la primera obra antológica publicada por la pinacoteca estatal de Honduras. "Generaciones que marcaron huellas" es una selección de la Pinacoteca "Arturo H. Medrano" del Banco Central de Honduras (BCH), que atesora más de medio millar de obras, la mayoría pinturas, aparte de esculturas, cerámicas y fotografías.
La publicación presenta semblanzas y obras de artistas hondureños influidos por maestros españoles, italianos y franceses o por muralistas mexicanos en la primera mitad del siglo XX, más los comprometidos con la denuncia social a partir de los años 60, hasta los nuevos talentos surgidos entre la última década de ese siglo y los primeros años del actual.
"Esta obra da una idea de lo que Honduras tiene como patrimonio" artístico a cargo del Estado, dijo hoy a Acan-Efe el encargado de la pinacoteca del BCH, el profesor y crítico de arte Rúdrico Argueta.
La publicación estuvo a cargo de Argueta y las periodistas Lauraluz Lardizábal e Isis Rossi, actual y anterior jefas de Comunicación del BCH, respectivamente.
El libro reúne a 78 pintores (la mayoría), escultores y ceramistas en generaciones desde los años 20, según las décadas en que iniciaron sus carreras o produjeron sus obras más relevantes, y no con base en criterios estilísticos o de corrientes, indicó Rossi.
Argueta enfatizó que la obra "evidencia la pluralidad" de expresiones artísticas, "los distintos caminos que siguieron los artistas, que no copiaron a rajatabla una moda; la pintura hondureña no se ha caracterizado por seguir la moda".
Además, subrayó, se rescata a pintores que murieron a temprana edad o emigraron por razones políticas, artísticas o personales e hicieron carrera en el extranjero, como Ricardo Aguilar, Horacio Reina, Jaime Nolla, Julio Amador o Arturo Guillén, entre otros.
La selección refleja, asimismo, el impacto de la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), fundada en 1940, pues en ella se formó la mayoría de artistas reseñados, refirió.
La idea de crear un centro de bellas artes fue traída por Pablo Zelaya Sierra, considerado "el padre de la pintura hondureña", a su regreso de España, donde estudió en la Academia de San Fernando.
Formado con muchas dificultades económicas en Costa Rica y España, donde conoció el éxito, Zelaya Sierra murió a los 37 años pocos meses después de volver a Tegucigalpa, en 1933, pero su idea tuvo frutos.
Junto a Zelaya Sierra, la antología incluye a Max Euceda, Carlos Zúniga Figueroa, Confucio Montes de Oca y Horacio Reina como figuras señeras de la inicial generación del 20.
El primitivista José Antonio Velázquez, Jaime Nolla, Julio Amador, Juan Ramón Moncada y Arturo López Rodezno, uno de los fundadores y primer director de la ENBA, aparecen en los años 30.
Los años 40 arrancaron con la ENBA, que "marcó el antes y el después en las artes plásticas hondureñas", subraya la antología.
En esa década emergieron el malogrado pintor Ricardo Aguilar, muerto a los 36 años, y el escultor Mario Zamora, quien ha hecho carrera en México y es autor de algunas de las más importantes esculturas instaladas en Honduras.
La mitad del siglo XX consolida a Álvaro Canales, Arturo Luna, Dante Lazzaroni, Mario Castillo y Miguel Ángel Ruiz Matute, entre otros de la generación del 50.
Una treintena de pintores forma la generación del 60, el grueso de la antología, cuya mayoría "se destacó por identificarse con los problemas sociopolíticos" de Honduras.
Ezequiel Padilla, Luis Hernán Padilla, Dino Fanconi, César Rendón, Virgilio Guardiola, Juan Ramón Laínez, Gustavo Armijo, Felipe Burchard y Gregorio Sabillón son sólo algunos nombres de esa generación.
Artistas como Roque Zelaya, Delmer Mejía, Jesús Valladares u Oscar Mendoza marcan los años 70; Armando Lara y Blas Aguilar, los 80, y Alejandra Mejía, Santos Arzú y Darío Rivera los 90 y comienzos del siglo XXI.
La antología fue presentada recientemente ante artistas vivos y familiares de varios fallecidos.ACAN-EFE lam/gr/av/ar
Terra/EFE

LA OTRA LUZ DE LAINEZ. POR DANTE LAZZARONI

Francamente esta Laínez desconcierta. Por la ventanilla los paisajen se fugan y pienso que nunca he visto un paisaje de Juan Ramón y algunos piensan que no es pintor completo porque no ha abordado el paisaje, y es que a Laínez no lñe hizo falta ver paisajes de afuera, porque si se tiene un universo dentro realmento no hacen falta los pinos. las montañas y los valles; lo que sí cuenta para Laínez es el viento, el agua, el mar inmenso embravecido o quieto o lo que estos elementos sugieren. No le einteresa la luz del sol como a los impresionistas, porque la luz que en sus cuadros se percibe, él la tiene dentro; es como una luz de luna-mujer que le subyuga. ¿Qué otra luz podría ser tan misteriosa y fascinante? Sus cuadros nacen después, mucho después de sus vivencias, pareciera ser que tamizara lo vivido y con un sentimiento luminoso ilumina y da importancia a lo que realmente tiene para él, así surge la obra de este pintor uraño e introvertido que se comunica más con la mujer, los gatos, los niños y con los signos de su pintura. sus colores grises son tan extraños como delicados, correspondiendo más a una intención interna que a una realidad concreta (Luz Solar).
Podría pensarse que estos colores grises tan delicados como los rostros, brazos y manos de mujer son fáciles de lograr, aquí y allá en el cuadro, pero lo que no resulta fácil es lograr la unidad del mismo, porque es corriente pensar y discutir sobre el dibujo, color y composición, etc. pero lo que no es corriente es poner en la mesa para comer: dibujo, color y misterio; los dos términos primero se pueden engullir... pero y misterio?
Este elementoo como lo mágico-abstracto ha campeado siempre en la pintura de Laínez. Ahor que está renaciendo después que se arrinconó a vivir u pedazo de su vida, tal vez un poco egoísta, ha querido darle vuelta a la otra parte de este exquisito libro y participarnos qué es lo que dicen esas páginas (sus cuadros). Creo que a veces releee y brota la nostalgia, los velos ondulantes y rasgados y otras transparentando deliciosos rostros, delicadas manos y virginales senos de mujer, inocentes caritas de niñpos enigmáticos, gatos, peces alfileterados, cuerpos- generalemente bustos de mujer- testimoneando momentos, años a veces vividos por Juan.
Este pintor pareciera ser un enorme texto existencial, su vida la lleva escrita dentro, hecha de soplos de recuerdos que dan vuelta a sus páginas, las vive de nuevo tan intensamente que en vez de lamentarse, pinta.
Este pintor realmente es raro -La gente les dice locos a estos artistas- cuidado. Lo que pasa es que tiene, es decir, que es poseedor de algo que no es común; hace muchos años lo conozco y cada vez que hablamos le conozco más o quizás menos, sutil pero incisivo en sus críticas, suave y profundo al charlar, siempre que lo quiero llevar a lo prosaico él sublima el tema,e s decir, que lo que yo expongo un tanto ligero él crea imágenes pictóricas y poéticas, una gran lección... Ocutbre 13, de 1986.