FOTO: El pintor posa junto a su cuadro "Cabeza de Astista" cuando obtuvo el galardón Gran Premio del Salón Anual de Pintura del Instituto Hondureño de cultura Hispánica.1964
EXPOSICION DE DIBUJO Y PINTURA DE LAINEZ. 1964.
Entre la nueva generación de pintores hondureños, ocupa lugar destacado Juan Ramón Laínez, de familiar prosapia artística, pues es sobrino del gran poeta Daniel Laínez.
Es la primera vez que presenta al público una exposicón de sus obras, aunque ha participado con algunos cuadros en distintas exhibiciones: El Salón Nacional de Pintura de 1963 en el I.H.C.I.; en la Exposición de Pintura Hondureña celebrada en la ciudad de New Orleans; en numerosas exposiciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes, de Comayaguela, y en todas las ocasiones ha merecido la atención de la crítica.
La vida de Laínez es la de un verdadero bohemio pululando por todos los estratos sociales para conocer la forma de sentir y vivir de toda clase de gentes. Es un profundo estudioso de cada una de sus producciones. Su mente sufre un proceso formativo en el que predomina la idea fundamental de cada una de sus obras. No pinta por pintar; pinta meditativamente. La línea, la composición, el color y la profundidad del tema son detenidamente estudiados. No hay ninguna improvización en su trabajo. Dice él mismo que muchas veces persigue alcanzar el alma de las personas que retrata para que, a través del color y de la forma, se vea hasta el pensamiento de sus modelos. Sus retratos se distinguen por la profundidad de sus miradas.
Es muy joven y está todavía en un proceso evolutivo. Alumno de Dante Lazzaroni y de Moisés Becerra, de ellos ha aprendido técnicas y procedimientos, pero no es un imitador de sus maestros. En esencia hay un algo temperamental que define y distingue la obra de Juan Ramón Laínez.
Esta exposición es el hito inicial de un propósito con miras elevadísimas que se irá patentizando pocoa poco para satisfacción suya y para la de quienes en él creemos.
INSTITUTO HONDUREÑO DE CULTURA INTERAMERICANA, Tegucigalpa, 16 de enero, 1964.
Escribe: Santiago Toffé QDDG
Responsable del blog: Sué Laínez. 2009
Es la primera vez que presenta al público una exposicón de sus obras, aunque ha participado con algunos cuadros en distintas exhibiciones: El Salón Nacional de Pintura de 1963 en el I.H.C.I.; en la Exposición de Pintura Hondureña celebrada en la ciudad de New Orleans; en numerosas exposiciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes, de Comayaguela, y en todas las ocasiones ha merecido la atención de la crítica.
La vida de Laínez es la de un verdadero bohemio pululando por todos los estratos sociales para conocer la forma de sentir y vivir de toda clase de gentes. Es un profundo estudioso de cada una de sus producciones. Su mente sufre un proceso formativo en el que predomina la idea fundamental de cada una de sus obras. No pinta por pintar; pinta meditativamente. La línea, la composición, el color y la profundidad del tema son detenidamente estudiados. No hay ninguna improvización en su trabajo. Dice él mismo que muchas veces persigue alcanzar el alma de las personas que retrata para que, a través del color y de la forma, se vea hasta el pensamiento de sus modelos. Sus retratos se distinguen por la profundidad de sus miradas.
Es muy joven y está todavía en un proceso evolutivo. Alumno de Dante Lazzaroni y de Moisés Becerra, de ellos ha aprendido técnicas y procedimientos, pero no es un imitador de sus maestros. En esencia hay un algo temperamental que define y distingue la obra de Juan Ramón Laínez.
Esta exposición es el hito inicial de un propósito con miras elevadísimas que se irá patentizando pocoa poco para satisfacción suya y para la de quienes en él creemos.
INSTITUTO HONDUREÑO DE CULTURA INTERAMERICANA, Tegucigalpa, 16 de enero, 1964.
Escribe: Santiago Toffé QDDG
Responsable del blog: Sué Laínez. 2009
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